jueves, noviembre 30, 2006

Funitas

En el camino Las Bodegas, pueblo de Hospital, el vecino del huerto 13 no ha cortado la maleza, ni las ramas de los pinos que cuelgan hacia la diminuta vereda mal construida por el contratista chanta que se robó el cemento y la arena, lo que agudiza mi lamentable alergia y por eso estamos como estamos.
Los camiones y automóviles - incluso las motitos de los rotitos - del mismo caminito de tierra, hacen caso omiso del letrero que reza "Avance lento, camino poblado". Entonces, los afuerinas, los de más allá, los que circulan en vehículos de todo tipo, se burlan haciendo chistes del tipo "ahí van los empolvados, jajajaja". A mi no me gustan los empolvados. Prefiero el alfajor o chilenito. Son menos huevoncitos.
Ñuñoa, noviembre 2006.

Días de baquelita.

Antes de dormir,
podría yo afirmar que mi pieza suda,
duda,
mas no madura
en este intento de partir,
ir,
salir,
abrir.
Mi pieza sueño,
mi casa digo,
mas de cien las ideas que tuve contigo... ya no pude ninguna.
Castigo.

martes, noviembre 28, 2006

Pecado Capital: Gastronomía en poemitas.

Si quiere y puede, pase a almorzar a París con Londres, toda la esquina, entrada por París.
Algunas buenas razones:
Panqueques al plato, la mitad del mundo relleno con jaiva y salsa ad-hoc, la otra mitad, un amazonas de verduras picaditas finitas por manos que saben (eso se nota); en la superficie, queso derretido, otro poco de rallado, ambos de buena calidad. Las señoritas que atienden, verdes todas en sus uniformes de salvadoreñas, solícitas, amables, atendiendo con la parsimonia y delicadeza de los angeles. La mesa, redonda, con una panera colmada con distintas variedades de pan, cuyo destino feliz será el de ser untados en salsas varias, mantequillas de colores y pebre dulzón, mientras ellas, sacerdotisas de los placeres del buen comer, flanquean nuestro goce detrás del mostrador, recibiendo risueñas, poemitas escritos en servilletas. Se recomienda el disfrute acompañado de jugo natural de fruta de estación y algunos amigos. No se recomienda coquetear con las sacerdotisas del lugar. Nosotros, sus amigos, las vimos primero.

jueves, noviembre 23, 2006

"Yo he visto un pájaro verde"

Mientras no estuve, terminé "2666" de Bolaño. Dejé inconclusa la lectura de una novela de Faulkner. Empecé a leer a Nietzsche, de reojo. Supe que mi hermano chico iba a ser papá por segunda vez. Confieso, que ví más de una vez la teleserie de Mega. Descubrí, por casualidad, la música de Tiga y de los franceses Daft Punk. Buen hallazgo. Mylène Farmer sigue rica y mejor tal vez (en cuánto a ella, no sé, no la veo hace mucho). El neoliberalismo sacudió (y sigue) esqueletos tibiones. Comí harto pescado. Con mi tía escritora, métale pisquitosauer.
Desde mi cama, hoy, corresponsal de colchones, se inicia la pitagórica función, gracias Juan Emar (moi aussi j'en ai marre), Romero Ventura ha vuelto, "sírvase usted", para viajar de nuevo.