sábado, noviembre 26, 2011

Nacimiento con fondo de música o la llegada en Sol mayor de León.

"Lo fácil que es sonreír. Lo fácil que es amar. Lo difícil que es ver todo esto".
La sonrisa nerviosa de mi amor anunciándome que algo se movía allí dentro, en ese planeta de agua rojo, que algo pujaba por irrumpir, como la eclosión de la primavera, que ese río de un solo pez ya se anunciaba y mojaba el pantalón, luego la butaca y después seguramente continuaría el hilo de vida por el suelo y las escaleras, hasta llegar al escenario donde la música se unía y potenciaba junto a la buena nueva, a la nueva vida que ya había decidido echar a andar su marcha alegre y tierna. "Spine against spine", pensé entonces, padre e hijo, juntos iniciando esta partida en un marco de decibeles donde no existe el ruido, sólo la poesía de los sentires que es capaz de entregarnos la música. Y tú, León, elegiste ese momento para advertirnos que ya estaba bueno, que ya habías decidido dejar ese cómodo lugar, que, con todo, preparado o no, querías continuar la fiesta aquí afuera, con los tuyos.
Cuando el bueno de Peter Gabriel inclinaba su última reverencia después de la última nota de piano y mi amor seguía estremeciéndose con la música y la humedad, no sabíamos que al día siguiente, estando el sol cerca del zénit, nacería León Antonio, 2 semanas antes de lo previsto, en Solsburry Hill y "my heart going boom, boom, boom..." Hoy, Léon cumple 1 semana de vida. No es tan difícil ser feliz.