Confesión a lo Romerito.
Con algo de pudor, pero convencidísimo y sin dudas ni remilgos, me declaro enamorado.
No hay nada que hacer, es un hecho: sobrevolaron tus mariposas mi corazón henchido y allí están, inmortales, al calor de nuestro amor incandescente.
No hay nada que hacer, es un hecho: sobrevolaron tus mariposas mi corazón henchido y allí están, inmortales, al calor de nuestro amor incandescente.
1 Comments:
el ataque de las mariposas suele ser certero, te lo dice uno más de sus agradecidas víctimas. salud por eso, amigo.
Publicar un comentario
<< Home