lunes, febrero 13, 2006

La Condena

La maldición de no poder decir nada, la página en blanco, las palabras blandas, como pan mojado; encontrarle mal aspecto, nauseabundo olor, a cada texto inocuo nacido de mis manos asperas, que no saben teclear, y que no conocen de tinta fresca hace mas de 730 días con todas sus noches de calavera.
Detenido, quieto como un arbol, esperando el día en que las horas sean como envoltorios multicolores de caramelos que tiraremos a la calle sin conciencia ecológica/política/social/económica, porque todo habrá desaparecido, el miedo, la angustia, la pena, el tiempo del reloj - ¡qué duda cabe! - y acaso el amor.
Detenido, sin poder soltar la carcajada azul de la escritura, proscrito y condenado, por el ejercicio cósmico de la poesía, observo como pasa la imaginación sin darse vuelta, como se pierde la audacia en las conversaciones de peluquerías, como acabo mordiéndome las uñas, fumando sin parar, la botella empalmada con fuerza en la mano izquierda, la zurda que duele y sangra. Desde el gollete, mirando hacia la "inmensidad" del océano etílico, concluyo siempre lo mismo: no hay nada, a penas el reflejo de un hombre que va a morir si no toma el próximo tren hacia mejor destino.

2 Comments:

Blogger :: CLauD!o :: said...

no será que hay que resaltar el silencio escrito cuando no hay nada que decir?

6:35 p. m.  
Blogger nacho rene said...

GRACIAS PERRITO. yO LE AUSPICIO TB UNASA CHELITAS. ESTOY MEDIO TRIZTÓN PERO NUNCA TANTO. SIEMPRE HAY PATRIA HERMANO. OJALA Q UTE ESTE BIEN WACHITO EN ESTOS DÍAS.

1:59 a. m.  

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