lunes, diciembre 04, 2006

Intrusos

El sábado llegaron las hormigas a mi casa. Las sorprendí mojándose en el lavaplatos, a la caza de los restos del almuerzo. Cada día más voraces, las hormigas no me simpatizan, aunque algo de envidia me dan porque saben bastante de materialismo histórico, y avanzan ordenaditas hacia la consecución de sus objetivos. Lo malo - motivo por el cual no sería hormiga - es que me parecen fomes (tal vez me equivoque, esto es a penas la impresión de un NO-Hormiga). Para mí que andaban en búsqueda de los restos del tirano. "Pa'l otro lado queda eso. Aqui sólo encontrarán poesía y vasos que se estrellan y la risa de los niños", les dije para que se fueran. Sin embargo, de regreso de la compra del pan y del aperitivo de la tarde, ellas continuaban allí, indiferentes. Preferí, entonces, encogerme de hombres, tomar de la mano a Valentina e invitarla a sentarnos mientras escuchábamos a los Rita Mitsouko. JAJAJAJA, reímos al unísono, "pobrecitas, las hormigas no saben nada de música!!".

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Las hormigas....odiosas convidadas de piedra que llegan junto con las primeras pepas de sandía, cáscaras de choclo con restos de humitas y cuescos de durazno...

Buena idea exorcizarlas con música!A ver si esta temporada logro que las muy brutas aprendan algo de bossa nova.

Cariños,

La Reina del Nilo insectívora.

PD: Si por ventura no lo hubiera hecho aún, léase el encantador cuento "Las Hormigas" incluido en los Relatos de Cortázar.

5:11 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

... decía Charly que algo sabían. Acaso no compusieron "El Rap de las Hormigas"?

O ná que ver?

7:56 p. m.  
Blogger marciaries said...

pero que nos hacen estas indefensas criaturas, que solo aparecen en verano, y donde quedo el concepto de la organización, de juntos ´podemos..aaaa....

jejeje....
salud
con una lagrimas negra en mi mejilla

4:07 p. m.  

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